ARBEQUINA AOVE
Para ti.
El aceite de oliva virgen extra de la variedad ARBEQUINA, es de origen Palestino, traída a España por el Duque de Medinaceli y principalmente se cultivaba en Cataluña.
Como anécdota propia, nuestra familia fue la primera en introducir esta variedad en la Provincia de Jaén, siendo referencia mundial en este tipo de cultivo y de estudio por universidades como la Córdoba. El tipo de cultivo es de tipo súperintensivo y su plantación a diferencia del Picual es en arbusto, lo que hace posible su recolección con cosechadora, reduciendo así sus costes tanto de recolección como de producción.
La arbequina esta definida como “la beluga” de las olivas. Sabores intensos también en especial a frutos secos como la almendra pero también a frutos maduros. En general afrutado.
Por qué este aceite
Su aceituna es pequeña, entra en producción con rapidez, tiene buen rendimiento y se amolda bien a las nuevas plantaciones superintensivas. Todo ello hace que el cultivo de la variedad arbequina haya experimentado una gran expansión en los últimos años.
La principal característica del aceite arbequina es que es un aceite dulce, es decir, no tiene ningún regusto amargo. Algún aceite de arbequina puede picar en garganta, indicando simplemente que es fresco. En general, el aceite arbequina es el adecuado para quien busca un aceite de oliva virgen extra de sabor suave.
Otra característica de este aceite es que suele ser bastante aromático, dando aromas frutados, de plátano, manzana. Los aceites arbequinos maduros suelen recordar a las papillas de frutas de los niños pequeños. Este aroma es debido al alto porcentaje de ácidos poliinsaturados que suelen contener. Como estos ácidos son más inestables que el ácido oleico (monoinsaturado), el aceite arbequina tiene la desventaja de que es más inestable respecto a otras variedades de aceite de oliva por lo que su consumo se aconseja sea inferior a seis meses desde su molturación.
El aceite arbequina, como el resto de los aceites de oliva, tiene un alto porcentaje de ácido oleico, con lo que contribuye a reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el bueno (HDL).